El pasado martes 9 de abril, se llevó a cabo el Seminario “Alternativas para mejorar la productividad en la construcción con hormigón” coorganizado por la Comisión de Asuntos Internacionales (CAI) de la Cámara Chilena de la Construcción y el Centro de Innovación del Hormigón UC (CIHUC).
La jornada convocó a importantes representantes de la industria entre empresarios, ingenieros civiles, calculistas y académicos, que pudieron conversar sobre algunos desafíos productivos que actualmente tiene la industria de la construcción con hormigón armado incorporando tecnologías que si bien, están siendo aplicadas en Chile, se encuentran en un estado incipiente.
La ponencia del doctor Matías Hube, Director del Centro de Innovación del Hormigón UC y académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile, se refirió al “Uso de hormigón autocompactante (HAC) en losas de hormigón armado”, tecnología con importantes beneficios para la industria.
Por un lado, el HAC aumenta la productividad, ya que antes de los 7 días logra una resistencia adecuada, lo que permite dejar operativas las obras en menos tiempo, se pueden reutilizar los moldajes y tiene una rápida colocación con un promedio de 10 minutos de vaciado por camión. Además, el HAC minimiza los nidos, asegura que la armadura quede embebida en la mezcla, facilita la unión entre capas de hormigonado y simplifica el acabado superficial, por lo que la calidad en el proceso de hormigonado también aumenta, al igual que la durabilidad. Por otro lado, aumenta la seguridad al haber menos personas involucradas en la faena, convirtiéndose en una alternativa de gran impacto para la industria de la construcción.
Sin embargo, el hormigón autocompactante (HAC) aún genera dudas, tales como las posibles deflexiones y fisuras de losas. En este contexto, el académico Matías Hube, expuso los avances desarrollados en investigaciones realizadas en el CIHUC junto al estudiante de doctorado John Ardila, demostrando que las losas de HAC tienen menor deflexión a largo plazo y retracción en comparación al hormigón convencional (HC), por lo que el hormigón autocompactante es una tecnología con gran potencial competitivo que merece seguir siendo analizada e incorporarse con mayor fuerza en los próximos proyectos de construcción.
Matías Hube
Director CIHUC
Si bien el material es más costoso, tiene otros beneficios, por lo que para el académico Matías Hube, “la ecuación para evaluar esta tecnología es mirando el paquete completo y no solamente el valor por metro cúbico de un hormigón autocompactante”.
La segunda parte del Seminario estuvo en manos del doctor Santiago Pujol, académico de la Universidad de Canterbury, Nueva Zelanda, quien presentó la ponencia “Uso de acero de alta resistencia en edificios de hormigón armado”, el cual desde una mirada internacional, propone mejorar la productividad a través de la reducción de enfierradura utilizando acero de alta resistencia.
Para ello, hizo mención del largo proceso llevado a cabo en Estados Unidos con esta tecnología, la cual inició alrededor del año 2000 para implementar cambios en el Código ACI del 2019, donde se planteó la pregunta "¿por qué no podemos facilitar el proceso de construcción usando barras de acero de alta resistencia?"
El uso de enfierradura, si bien se utiliza para dar mayor resistencia a las estructuras de hormigón, debe quedar correctamente embebido en la mezcla para evitar nidos, fisuras, desprendimientos u otros tipos de daños a largo plazo causados por la baja impermeabilidad del material. Una alternativa en este caso sería el hormigón autocompactante, tecnología que para el académico Pujol podría no siempre estar disponible. Por lo tanto, considerando que la industria estaba produciendo acero de alta resistencia, se evaluó realizar las pruebas necesarias para incorporar este tipo de acero en las obras reduciendo a la mitad la dotación de enfierradura.
De acuerdo al académico Santiago Pujol, los aceros convencionales tienen una resistencia de 420 MGa con 60 ksi, y los aceros de alta resistencia van entre 100-120 ksi que son aproximadamente 700-800 MGa, pudiendo incluso ser mayor su resistencia. Por lo tanto, algunas de las preguntas críticas fueron:
- ¿Qué puede pasar con la deformación de estas estructuras frente a aquellas con acero de resistencia convencional, ya que los aceros de alta resistencia tienen la desventaja de ser menos dúctiles?
- ¿Qué pasa con las estructuras una vez que se fisuren? Debido a que van a tener menor rigidez, ¿se van a deformar más en un terremoto?
- ¿Cuál es la cuantía mínima que se debe tener en una estructura de este tipo?
- ¿Qué pasaría con las deflexiones en una losa si tengo menos acero?
Santiago Pujol
U. Canterbury
La jornada permitió profundizar desde una mirada técnica dos propuestas que permitirían mejorar la productividad en la construcción de edificios de hormigón armado, así como también mejorar durabilidad, calidad y por ende, apelar a la sostenibilidad en la industria. Reducir los daños a largo plazo, permite aumentar el ciclo de vida del hormigón, lo que conlleva a minimizar las demoliciones, rehabilitación y restauración de edificios existentes.
Finalmente, se llevó a cabo una ronda de preguntas donde se pudo discutir sobre los desafíos que ambas tecnologías tienen pendiente por resolver de cara al futuro de la construcción en Chile.
A continuación, dejamos algunas apreciaciones de los asistentes:
Pablo Castro
Polpaico Soluciones
Marjorie Córdova
Melón
Mario Cofré
UNICON CHILE
Ignacio Troncoso
Presidente CAI
Arturo Holmgren
Euclid Chemical
Autora: Valeria F. Moraga D.