El hormigón es uno de los materiales más utilizados a nivel global, y todo indica que su uso continuará en aumento. Con una producción que alcanzó los 4,2 billones de toneladas en 2020 y una proyección de crecimiento del 48% al año 2050, su impacto ambiental se vuelve cada vez más relevante, representando actualmente cerca del 8% de las emisiones globales de CO₂.
Con este contexto, el profesor Marcelo González, director del Departamento de Ingeniería y Gestión de la Construcción UC, fundador del Centro de Innovación del Hormigón UC y director de la Unidad de Hormigón y Montaje Industrial de DICTUC, abordó esta problemática en una reciente Masterclass organizada por la Dirección de Educación Profesional de Ingeniería.
“Introducción, alcances e implicancias del código ACI 323-24: Hormigones de baja huella de carbono” fue el título de la ponencia del académico, quien explicó los fundamentos y la importancia de esta nueva normativa impulsada por el American Concrete Institute (ACI).
“Es desde el Centro de Excelencia de Carbono Neutral (NEU) que surge el compromiso de crear un código para hormigón de baja huella de carbono, naciendo el ACI 323”.
Marcelo González
Jefe Programa
Durante su exposición, el docente profundizó en qué se entiende por hormigón de baja huella de carbono: “Se define como un material diseñado para reducir su Potencial de Calentamiento Global embebido (GWP, por sus siglas en inglés), comparado con un hormigón de referencia”, señalando además que “lo que hará este código es generar nuevas exigencias para la materialidad, estableciendo criterios específicos para la reducción del GWP del hormigón, sin comprometer su resistencia, integridad estructural y serviciabilidad”.
El académico aclaró que estas nuevas exigencias no reemplazan a las normas de diseño estructural y de construcción ya existentes, sino que se suman a ellas, aplicándose en aquellos casos donde los proyectos exijan un GWP reducido.
Uno de los aspectos centrales que aborda el nuevo código es el uso del índice GWP, un parámetro que permite cuantificar la energía atrapada debido a la emisión de diversos gases vinculados a un producto. Esta energía se estandariza en masa equivalente de dióxido de carbono durante un periodo de 100 años, expresándose como kg de CO₂e por yd³ de hormigón (la norma también permite otros plazos).
El profesor Marcelo González también advirtió sobre algunas limitaciones del ACI 323-24:
- Sus valores de referencia para el GWP están basados en datos provenientes de Estados Unidos, lo que implica la necesidad de adaptar estas recomendaciones a cada contexto nacional.
- La versión actual del código solo considera hormigones colados en obra, con resistencias a la compresión entre 2500 y 8000 psi. Se espera que futuras ediciones amplíen este alcance y contemplen otros tipos de hormigón.
Reportaje: Código ACI 323: un lenguaje universal para la reducción de las emisiones de CO2 en el hormigón.
En cuanto a las estrategias disponibles para reducir la huella de carbono del hormigón, el profesor Marcelo González señaló que “los diagnósticos están claros con respecto hacia dónde apuntar, pero el gran desafío tiene que ver con cómo implementamos estas estrategias”, para luego adentrarse en un análisis detallado de “Las 5 ‘Cs’, un enfoque canadiense que considera las etapas del Clinker, Cemento, Concrete (hormigón), Construcción, y Carbon Uptake (absorción de carbono)”.
Al cierre de la actividad, el académico remarcó la complejidad que implica la descarbonización del hormigón. Si bien ya existen tecnologías orientadas a ello, aún no están listas para ser implementadas de forma masiva en la industria. En este contexto, destacó que el nuevo código representa una oportunidad para diseñar estrategias locales basadas en un Análisis de Ciclo de Vida (LCA por sus siglas en inglés) completo del material.
Finalmente, el profesor González extendió una invitación a los asistentes a sumarse al Diplomado en Innovación y nuevas tecnologías de construcción con hormigón, espacio formativo donde se abordan estos y otros temas clave de la industria, como la sustentabilidad, la productividad y las nuevas normativas. “Necesitamos tener capital humano que maneje estos conceptos, que logre tener los fundamentos para generar los cambios”, manifestó.
Autores: Fabrizio Belmar Blau & Valeria F. Moraga D.